Freddie Mercury

Freddie Mercury

martes, 1 de noviembre de 2011

NUEVO NOMBRE, NUEVA VIDA


Farrokh Bulsara y Freddie Mercury, pueden ser para nosotros el mismo hombre, aquel hombre que nació en uno de los lugares más recónditos de África Central, y que vivía su infancia con su familia.

“Como lo ha planteado Lacan, la cuestión de hacerse un nombre es lo que encontramos en la trama misma de muchas existencias…pero puede llegar a resultar eficaz en la batalla que el neurótico emprende para solucionar la angustia que la muerte suscita.”[1]. La mayoría de las personas considerarían algo bastante extraño el cambiarse el nombre natal, pues Freddie, llamado así inicialmente por sus amigos en el colegio St.Peter’s, no lo veía de la misma manera.

Al conocer al guitarrista Brian May y al baterista Roger Taylor, decidió entonces crear a la “Reina de la Música” Queen. Al componer la canción “My fairy King”, la cual decía en uno de sus versos: “Mother Mercury, Look what they’ve done to me” (Mamá Mercurio, mira lo que ellos me han hecho), fue cuando finalmente se dispuso a dejar a Farrokh Bulsara en el pasado y encarnar al hombre que cambiaría al mundo, Freddie Mercury; para él, sinónimo de poderío.

Si bien para nosotros sería algo irrelevante cambiarnos el nombre para alguna finalidad funcional, para Mercury fue un determinante en su vida, un punto de quiebre, y por lo tanto, un punto de inicio de algo totalmente nuevo; para él, ese día nacía una nueva estrella.

Como Gustav Mahler[2], suponemos que Freddie Mercury sentía un gran interés y a su vez miedo por la idea de la anticipación a la muerte y la vida del más allá[3]. Era algo que expresaba constantemente a través de su música, de canciones como “Bohemian Rhapsody” y “Killer Queen”. Esto representa la pulsión de muerte de la que habla Freud y posteriormente Lacan, en la cual existe una tendencia o goce de repetir lo que nos causa malestar. Como enuncia en Bohemian Rhapsody: “Mamá acabo de matar a un hombre”, “Nada ya me importa”. Podemos notar entonces,  que la presencia de la muerte se hace imponente en sus composiciones y en su propia vida.


[1] Salamone, L. D. (2010). Polifonías en Psicoanálisis. Cap. 10. pp. 123. Caracas, Venezuela: Pomaire


[3] Salamone, L. D. (2010). Polifonías en Psicoanálisis. Cap. 10. pp. 122. Caracas, Venezuela: Pomaire.

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